lunes, 19 de octubre de 2009

La prueba de fuego para el Presidente Lugo






El secuestro del ganadero Fidel Zavala, ocurrido el pasado jueves 15 de octubre, en la localidad de Paso Barreto, departamento de Concepción; inserta un nuevo paréntesis en la gestión del Presidente de la República, Fernando Lugo, que bien podría tratarse de una prueba de vital trascendencia para su continuidad en el poder.
En este caso, el mandatario no sólo lucha contra cuestiones fácticas, como la comisión del hecho punible de secuestro, tipificado en el código penal, sino toda la estructura de gobierno mide su resistencia política, ante un hecho que despierta a los fantasmas que causaron temor durante la campaña presidencial y que sindicaban a Lugo como amigo íntimo de gavillas radicalizadas, operantes en el interior del país, con supuesta base en el departamento de San Pedro, lugar donde el entonces obispo ya tenía el estigma de agitador de masas.
El sector que hoy reciente a uno de sus componentes como víctima de la atroz privación forzada de libertad es el mismo que se encargó de acentuar este antecedente del hoy mandatario, al punto de considerarse el próximo blanco de las gavillas emergentes; hecho consumado actualmente.
A este clima denso de indudable combinación entre la delincuencia común u organizada y la política, se suman otros tropiezos cometidos recientemente por el Presidente de la República por desconocimiento, voluntad o simple incompetencia; pero que desnudan su “poca esbelta y rígida cintura política” para la conducción del principal poder del Estado.
El secuestro de Zavala bien podría tratarse de uno más, como los que ya ocurrieron en gobiernos anteriores e incluso este gobierno, como el caso del ganadero Luis Alberto Lindstrom, acontecido a pocos días de haber asumido Fernando Lugo, y que también fue atribuido al Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
En este caso, el problema viene aditivado. Lugo soporta la dura embestida de sectores políticos conservadores, quienes buscan destronarlo a como dé lugar. Y lo peor de todo es que la incompetencia del mandatario sigue alimentando tal opción, incluso su conducta ambigua permite la posibilidad de que intenten vincularlo a este último secuestro.
Hay quienes piensan que este hecho debe ser atribuido a la extrema izquierda, mientras que el otro vincula a la derecha radical, que busca el pelo en la sopa para que Fernando Lugo tropiece y caiga.
Lo cierto hasta el momento es que ambas hipótesis no tienen ningún sustento real, más que la supuesta atribución del hecho por parte de un grupo autodenominado “Ejercito del Pueblo Paraguayo” que bien podría tratarse de un grupo criminal altamente entrenado sin ninguna pretensión política, sino simplemente mercantil.
Ahora bien, el desatino del actual Gobierno con errores pueriles y de torpe andar, hace que cualquier mito le calce a la medida de su inoperancia.
El Presidente Lugo debería ocuparse de gobernar y de hacerlo en la medida de sus compromisos con el pueblo que lo votó. Sólo una estructura de Gobierno funcional podrá revertir la sobrecarga de rumores existentes que ensanchan los “misterios” de nuestros gobernantes y nos permitirá saber si Fernando Lugo es: un cordero o un verdadero monje negro.

viernes, 4 de septiembre de 2009

El capital del mediocre





















En el quehacer cotidiano nos encontramos con diversos tipos de personas. Las hipocondriacas, pesimistas, hiperemotivas, histéricas, depresivas, excitadas, fanfarronas, jactanciosas y muchas otras, de una larga lista de pecualiaridades que confirman la particularidad del ser humano.
Ahora bien, las que más llaman mi atención, son aquellas capaces de defender argumentos sin poseer las herramientas reales para poder hacerlo.
Este grupo de personas constituye el capital humano de la mediocridad.
A estas personas todo les resulta fácil, al punto que todo lo que no fue hecho por sus manos o no constituye una idea suya, les resulta mal hecho.
Las objeciones "aparentemente técnicas" son en realidad construcciones semánticas difusas, de escaso contenido.
La linea lógica del argumento se pierde en un mundo de ideas que confunde a los desprevenidos, emociona a los incautos y decepciona a los ilustrados.
Esta gente es perniciosa. La retórica sofista es su herramienta principal de persuación y, lo peor de todo, es que la capacidad de encantamiento en muchos casos les resulta.
El hombre contemporáneo esta obligado a autogestionarse en la adquisición de conocimientos; no debe detenerse en la mera captación y memorización de percepciones ajenas; de la construcción imaginaria de personas que simulan la actualidad para declinar la inteligencia hacia el vacío.
El compromiso del conocimiento es generar nuevas ideas que contrasten las mismas ideas de quien las engendró.
Los libros no muerden, la escritura no pica, el pensamiento no cuesta dinero.
Es sólo cuestión de autovaloración y voluntad.
La ciencia esta oculta en los párpados de la ceguera intelectual.
La sociedad de hoy nos compele a superar nuestras metas, a generar pensamientos de desarrollo. Los nuevos tiempos no son para quienes dicen saberlo sin entender lo que dicen, es para quienes son capaces de explicar realidades desde el banco de las soluciones.
Creo que ese es nuestro desafío.

martes, 18 de agosto de 2009

Nunca te fuiste de mi lado


Lo tenía a la vista.
Su dulce voz increpaba mi pecho,
La ternura de su verdad confrontaba mi espíritu.

Había esperado tanto ese momento,
Que jamás habría advertido, que lo de ahora
Ya había acontecido.

Esa misma voz me sonaba conocida
Quizás era la misma que la desconocida

Su fuerza y presencia se manifiestan en cada paso
Ignorando la indiferencia, agotando los espacios.

Su gloria inagotable sostiene mis cimientos
Su gracia indespreciable, redime mis tormentos.

Lo incierto, lo ignoto, lo místico
Rotura mental que inquieta mis sentidos
Paciencia inalterable que quiebra mis alaridos

Te tuve desde siempre bloqueado por el pensamiento
De aquello que no es tuyo
Y que codicia mi destino

Lo poco que me queda será recompensado
Lo mucho que me espera ya me lo has apartado

Aún no entiendo tu objetivo
¿Por qué insistes en despertarme?
Lo mucho que llevo dormido
Me ha hecho despreciable

Sólo tú puedes encontrar valor a algo perdido
¡Ahora te entiendo!
Soy uno de los tuyos,
No importa el tiempo que llevo escondido.

domingo, 9 de agosto de 2009

La sinceridad de Lugo


Si hay algo que no se puede cuestionar al presidente de la república, Fernando Lugo, es su plena sinceridad, al menos desde que destapó la olla de secretos que mantenía ocultos bajo la sotana.
Su hermana, la primera dama de la nación, fue sorprendida utilizando recursos de su fundación benéfica para honrar su compromiso mensual de renta domiciliaria. Vaya desfachatez! Como si le faltaran recursos para hacerlo.
Creo que Lugo no se equivoca cuando dice que "los parientes son los peores", pero considero que no lo hubiese generalizado, bastaba con que diga que "sus parientes son de lo peor".
Ya en menos de un año de gestión el mandatario ha debido sortear varios escándalos de su vida privada y familiar, que afectan su vida pública y, especialmente, su función. Aún así sus reacciones han sido sumamente débiles como para revertir esa imagen poco seria que se recreó en el conciente colectivo sobre su gestión.
Algunos dirán que todavía es temprano, pero el tiempo pasa sin que nos demos cuenta y las expectativas de cambio que el presidente creo durante la campaña electoral, nos demuestran que fue un desafío muy grande, y que requería de un compromiso de igual proporción.
No sé si es la prensa o el mismo Lugo, el que se ha encargado de reducir las prioridades del país a esa caja de pandora que mantiene el mandatario en su alcoba, y que se abre cada tanto para sorpresa de todos.
Es hora de trabajar por el cambio, de entender que el país debe desapegarse de improvisaciones y de falsas expectativas.
A Lugo le quedan cuatro años para cumplir su mandato, pero el tiempo ha fenecido para que demuestre su consecuencia al cargo que desempeña con suma tibieza desde el 16 de agosto del 2008.
Ya reconoció a un hijo, reconoció su inexperiencia y ahora reconoce que la familia que tiene es igual a la del prototipo colorado que hizo suyas las finanzas del estado.
El cambio no era el de tener un presidente sincero, queríamos un presidente efectivo y responsable, alguién que sea capaz de sacar de la modorra todo el potencial que tiene el país para ser productivo y desarrollado.
Despierte presidente, el tiempo ya se le ha agotado!

viernes, 12 de junio de 2009

Las ventajas del orden












Si de orden cívico se trata, la ciudad alemana de Berlín nos demuestra en ese sentido uno de sus mejores rostros. La conciencia individual y la correlación con el cuidado al medio ambiente son factores con los que uno se tropieza en un día regular de vida urbana por una de las principales capitales del primer mundo.


En mayor proporción uno puede ver en las calles a personas aguardando que el semáforo peatonal les habilite para cruzar. Asimismo, y pese a algunas excepciones, se puede tener certeza de la hora exacta en la que llegaran a la parada respectiva las unidades de transporte público. El sistema de circulación de personas también se muestra favorable para quienes combinan el camino al trabajo con la práctica de ejercicios físicos.
Los ciclistas tienen un espacio reservado tanto en las aceras como en las avenidas de Berlín. Los semáforos también están expuestos a ellos con su respectiva distinción. El código urbano indica que por orden de prelación de preferencias en las calles se encuentran los ciclistas, los peatones y, por último, los conductores de automóviles.
Y no me olvido de los motociclistas, sólo que su presencia en las calles es bastante inferior en comparación a países como Paraguay, donde adquieren notoriedad por liderar las estadísticas de accidentes de tránsito.
El manejo de la basura es tan práctico como restrictivo. En los mismos hogares existe una cultura de reciclajes y discriminación del tipo de desecho. Los basureros están expuestos por color y uno puede separar plásticos y elementos reciclables de los residuos orgánicos. También algunos poseen un tacho exclusivo para los papeles.
Las costumbres urbanas parecen haber alcanzado un equilibrio. Si bien desde tempranas horas en la mañana se observan personas con botellas de cerveza en la mano, a propósito muy baratas con relación a otros mercados, la autoconciencia demuestra supremacía ya que no existiendo restricciones para la ingestión de bebidas alcohólicas en ningún espacio público, aún así los borrachos no se han convertido en un estigma social.
El consumo de bebidas alcohólicas está regulado por ley de acuerdo al porcentaje de alcohol que posee la bebida, tal es así que un menor de 16 años tiene la absoluta libertad de ir a un puesto de venta para adquirir una cerveza, no podrá hacerlo con otras bebidas que tengan hasta 10% de alcohol.
Por último, y con relación a las botellas de plástico, en Alemania es típico ver a personas con una botellita en el bolsillo lateral de las mochilas. Estas se encuentran cargadas con agua, un líquido que posee buena reputación, ya que puede ser ingerida con absoluta confianza, la que se obtiene en los grifos de viviendas o espacios públicos.
También existe la posibilidad de canjear las botellas de plástico por un valor de entre 8 a 25 centavos de euro en cualquier puesto comercial. Por lo general, las personas van con varias de estas botellas a los supermercados y al momento del pago las canjean, mediante una operación que bien podría llamarse “crédito ambiental”.
No obstante, para algunos resulta un tanto aburrida una sociedad muy estructurada, pero como ustedes pudieron percatarse, un sistema ordenado y responsable ofrece garantías cívicas que no necesariamente colisionan con una distracción sana y cuidadosa.




lunes, 8 de junio de 2009

Cuenca del Ruhr: del carbón al metal y del metal a la tecnología












Hasta finales del siglo XX, en la localidad de Essen, ciudad que integra la cuenca del Ruhr, a más de 500 km al occidente del Berlín, existían minas de carbón. Hoy las viejas estructuras combinan el forzoso trabajo del pasado con el esplendor del desarrollo científico y tecnológico.


Para los alemanes, siguen siendo un símbolo de grandeza las edificaciones que integran la mina de carbón de Zollverein. Construida en el año 1847 para entrar en funciones desde 1952, esta mina de carbón no sólo fue el motor de las industrias de acero, sino mediante sus recursos se crearon villas urbanas, destinadas al reposo de sus obreros. Estas viviendas ahora quedaron en manos de la tercera generación.
En Zollverein el trabajo diario era muy intenso, al punto que se producían 12 mil toneladas de carbón diarias, 4 veces más que otras minas de la región o de todo el país. Si bien, los registros de la mina no advierten graves accidentes, se cuenta que los obreros no lograban superar los 59 años de vida, por la exposición permanente a productos tóxicos.
Al respecto, como no había cuidados por seguridad ni una legislación que lo determine, los obreros que lidiaban con el riesgo recibían un buen salario.
El lugar era catalogado como la mina de los superlativos, ya que por unanimidad estaba vista como la más grandes, efectiva y moderna del país; ya sea por su arquitectura, debido a disposición de los niveles de producción, como por las maquinas que poseía.
Esta mina logró superar las dos guerras mundiales sin ningún tipo de ataques, a pesar de que el carbón mineral que de aquí se extraía había servido para abastecer las fábricas de armas montadas por el nazismo en diversos puntos del país. Cuentan que estaba en el interés de los aliados preservar esta mina por su notable capacidad de producción.
Tal fue el caso que recién en el año 1986 cerró oficialmente. En el año mismo año, el estado federado de Renania del norte – Wesfalia, adquirió toda la planta por 1 millón 100 mil marcos. Aunque inicialmente no sabían qué hacer con el predio, las autoridades se llevaron la grata sorpresa de que en el año 2001, la sede fue declarada patrimonio de la Unesco, lo cual imponía su mantenimiento.
La caída de las minas de carbón, que habían dado un fuerte impulso a la producción de acero, paradojalmente sería el motivo para el replanteamiento productivo del país, con lo cual se dio el siguiente paso: la Tecnología.
Varias ciudades de la cuenca del Rhur consideradas mineras o metalúrgicas, como las ciudad de Bochum y Essen, hoy día son grandes polos de producción tecnológica.
El cierre de las minas obligó a muchas personas a cambiar de rubro, hecho que afortunadamente no tuvo una connotación estrictamente negativa, ya que al menos 6 mil personas trabajan en institutos de investigación científica. Bochum que era considerada la ciudad del carbón y el acero, hoy es reconocida por su inclinación hacia la tecnología y como centro de estudios de medicina.
Ya en los años sesenta, Opel había instalado una de sus fábricas en la ciudad de Bochum para dar trabajo directo a 23 mil personas.
Entre tanto, el paso de la innovación también tuvo su aspecto gris. Lo que se considera el segundo estallido de la revolución industrial en el siglo XX, dejó desempleadas a miles de personas, ya que se necesitaba menor mano de obra para una mayor producción.
En el caso de la fabricación de vehículos, registros oficiales demuestran que por cada nuevo modelo de Opel puesto a disposición del mercado, hay una relación de mil desempleados.
La cuenca del Ruhr con este y otros atractivos será la sede de la capital de la cultura europea en el 2010 y tendrá a la ciudad de Essen, donde esta erguida la mina de carbón, como punto central de referencia.
Hoy la vieja mina de carbón es un centro de convenciones y en sus antiguos galpones funcionan empresas privadas, dedicadas mayoritariamente al arte creativo.
Las visitas de turistas se multiplicaron notablemente, ya que en los años noventa no superaban la cantidad de mil y en estos tiempos existe un promedio de 830 mil visitas al año.

Los sindicatos en Alemania














A diferencia de los sindicatos en Latinoamérica, los de Alemania juegan un rol protagónico no sólo en las definiciones de medidas de presión contra las empresas, sino en el mantenimiento de un estado democrático que beneficie a los obreros.


Las huelgas en el país deben ser aceptadas por el 70 por ciento de los miembros del sindicato. De no ser así, la medida de fuerza carecería de legitimidad. Una vez concretada, también el 70 porciento debe reconocer las ventajas de las negociaciones realizadas con la contraparte, para poder retirar la presión.
Lo más llamativo es que el mismo sindicato es quien paga a los obreros el salario correspondiente por los días no trabajados a raíz de la huelga. El dinero proviene de un fondo denominado seguro sindical, solventado por cada uno de los obreros, que pagan mensualmente el 1 por ciento de su salario. Este fondo también cubre, por un periodo no mayor a los tres meses, hasta un 70 por ciento del salario a aquellas personas que hayan perdido sus puestos de trabajo.
En la ciudad de Bochum, a 512 km al occidente de Berlín, funciona uno de los sindicatos más grandes de Alemania, la IG-Metal.
Con más de 2 millones de miembros en todo el país, de los cuales 30 mil trabajan en Bochum, la institución maneja un presupuesto anual de 3,5 millones de euros. El 80 por ciento del dinero va destinado a una cuenta bancaria y el 20 por ciento restante es utilizado para gastos corrientes.
Este gremio reúne a obreros de los sectores de la metalurgia, industrias tecnológicas, textil y últimamente el concepto se amplió para todas aquellas personas que trabajen en la manipulación de máquinas.
Sólo el año pasado, este sindicato tuvo que sortear uno de sus mayores desafíos en Bochum. La firma Nokia había anunciado el cierre inminente de la fábrica instalada en el sitio, que daba empleo a por lo menos 2600 personas. Por lo general, los sindicatos en sus medidas de fuerza apuntan a reducir la producción para embretar a los dueños, pero en este caso la misma estrategia no daría resultados.
Por lo tanto, los sindicalistas siguieron trabajando y consiguieron por vía judicial que la fábrica siga en marcha. De igual modo, 1300 fueron despedidos y continúan sin trabajo.
Este sindicato está muy bien organizado. Las decisiones son tomadas de manera democrática y el presidente es elegido por un periodo de 4 años, luego de un día sindical en donde prevalece la decisión mayoritaria.
En el caso específico de la IGM, sus directores desconocen los argumentos de algunas empresas respecto al embate de la crisis financiera global. Prefieren mantenerse cautelosos con relación al dinero que inyecta el estado para oxigenar a las supuestas empresas afectadas, ya que aseguran que la crisis fue un pretexto para que muchas de ellas pidieran socorro al gobierno para recomponer las malas decisiones tomadas, incluso desde antes de la crisis.
Sostienen que un ejemplo de ello es la firma automovilística Porsche, que había pretendido absorber a la firma BMW, para luego percatarse que la operación le resultaba sumamente costosa.
Ahora bien, reconocen que la intervención estatal para la firma Opel fue bastante oportuna para la liquidez de la empresa. Consideran que de lo contrario, la mayoría de las automovilísticas europeas, que están asociadas a la General Motors (GM), hubieran quebrado.
Por de pronto, los sindicatos no bajan la guardia ya que aseguran que esta crisis económica de gran impacto mundial es utilizado a la vez como una excusa por los empresarios, para disminuir las ventajas laborales de los obreros; tales como: el pago de aguinaldo, vacaciones y otras bonificaciones.

Temor al rebrote del nazismo




Si bien pasaron al menos 64 años desde que quedó consolidada la caída del nazismo en Alemania, con la derrota en la segunda guerra mundial, la extrema derecha alemana sigue latente, aunque en un sector minoritario de la sociedad.

Cifras oficiales reportan un índice del 18,2 por ciento de casos de xenofobia (intolerancia a extranjeros) en todos los estados federados alemanes. El mayor porcentaje sigue presentándose al este del país, en la zona que comprendía la antigua República Democrática Alemana. Estos grupos de extrema derecha están compuestos mayoritariamente por jóvenes.
En la ciudad de Leipzig, en el estado de Sajonia, funciona una organización denominada “Museo de víctimas de la extrema derecha”. Esta fundación ha recabado datos de los últimos años que indican que sólo en ese estado, en el periodo 2006 – 2008 se produjeron 1300 casos de agresiones físicas a personas consideradas enemigas por los neonazis, y de los cuales fueron asesinadas 14 personas. Para la policía estos indicadores son menores, pero la organización estima que las cifras ocultas podrían arrojar números más preocupantes.
Algunos expertos estiman que el neonazismo encontró terreno fértil luego de la caída del muro, el 9 de noviembre de 1989. La reunificación alemana significaba la combinación de dos modelos económicos y sociales completamente distintos, lo cual privaba incluso a los “alemanes puros” la facilidad de integración social.
Hoy día, la defensa de la raza aria tiene como simpatizantes a gente que se ha mimetizado con el resto de la sociedad, al punto que resulta sumamente difícil distinguirlos a simple vista.
En el pasado, los nazis se distinguían por su forma de vestir y su corte de pelo al estilo castrense. Actualmente, pasan desapercibidos ya que muchos de ellos podrían estar vestidos de manera muy formal y sin ningún distintivo estético.
Datos del 2009, afirman que existen 30 mil personas afiliadas a partidos políticos de extrema derecha, lo que si bien no indica que estén comprometidas con el neonazismo, es considerado un punto de alerta debido a que, en la mayoría de los casos, estos grupos suelen incubar el sentimiento de orgullo nacional de manera muy exacerbada.
Quienes protegen a las víctimas de la extrema derecha aseguran que el Partido Nacionalista Alemán (NPD), sin representación actual en el Busdestag pero con autoridades en los parlamentos locales, fue el responsable de establecer la estrategia para que los neonazis posean un aspecto aburguesado.
Como ejemplo, en el 2008 un profesor de la Universidad de Leipzig fue excluido de la institución por proferir abiertamente su perfil neonazi en horas de clases.
Los grupos civiles organizados para detener los abusos del neonazismo aseguran que las autoridades padecen de una ceguera del lado derecho, ya que se resisten a admitir la comisión de hechos punibles por ciudadanos de extrema derecha, considerando tales eventos como simples delitos comunes.
Las heridas del nacionalsocialismo siguen abiertas en la sociedad alemana. La sensibilidad sobre los errores del pasado es tan aguda que en las pláticas diarias se puede distinguir una negación de la identidad nacional, lo cual habla del temor existente sobre un eventual rebrote del nazismo.
Esta visión se encuentra plasmada en una obra de arte diseñada por la artista katharina Sieverding y que está expuesta en el edificio del Reichstag, en homenaje a los diputados proscriptos, perseguidos y asesinados por el régimen hitleriano (1933 – 1945).
En el lugar, la mujer puso un cuadro con fotografías combinadas, que recuerda tanto el incendio del edificio en 1933, el resurgimiento alemán de post guerra y la necesidad de resguardar el modelo democrático; ya que en el centro de la obra aparece una imagen parecida a una columna vertebral y muy cerca un circulo de color blanco, que representa un tumor maligno, en alusión al nacionalsocialismo como un peligro latente que fácilmente podría propagarse ante el mínimo descuido.

viernes, 5 de junio de 2009

CRISIS FINANCIERA EN ALEMANIA
















Para algunos economistas alemanes, la crisis financiera desatada a finales del 2008 es considera la peor luego de la segunda guerra mundial. Hasta el momento los sectores más afectados son el financiero y la industria automotriz, especialmente el rubro metalúrgico y los proveedores de autopartes.

En el sector automotriz, las ventas cayeron en torno al 30 por ciento. Tal es el caso que el gobierno alemán propuso el pago de una prima de 2.500 euros a las personas que asintieran la destrucción de sus vehículos para frenar la caída en los indicadores de venta. Hasta el momento 1 millón de personas están anotadas.
Mientras tanto, la microeconomía alemana aún no percibe los efectos de la crisis. Los expertos señalan que se trata de una crisis económica pero no laboral. Ya que si bien los indicadores numéricos destacan a Alemania en la peor situación respecto al resto de Europa, la economía se muestra sólida, por lo que todavía no se resintió la oleada de despidos masivos.
Hasta el momento 3 millones y medio de personas perdieron sus empleos, lo que no supera el 9 por ciento de la población económicamente activa. Aunque se estima que para este verano, que inicia el próximo 22 de junio, el desempleo se dispare a la cifra de 5 millones de personas.
El gobierno alemán evita que este fenómeno recrudezca, con el pago de un subsidio salarial para los trabajadores de las empresas más lastimadas por los embates de la crisis. En algunos casos el estado logra cubrir hasta el 90% del salario, lo que a su vez representa la menor carga horaria de trabajo para los obreros.
De todas formas, los desempleados en Alemania no corren riesgo de morir de hambre. El mismo fondo subsidiario para los trabajadores, funciona para los desempleados. Este dinero les permite ocupar una vivienda, cubrir la alimentación y hasta poseer un televisor. En principio esta ayuda estatal fue fijada por un plazo de 12 meses desde que se disparó la crisis, pero existen propuestas para prolongarla a 24 meses.
Si bien los analistas económicos alemanes consideran que la economía de este país se encuentra tocando fondo; antes de iniciada la crisis, allá por junio de 2008, Alemania se encontraba en su mayor auge y había registrado cifras record de crecimiento, lo cual le permite mantenerse flexible ante la actual retracción y seguir como el país más rico de la Unión Europea.
El debate actual gira más bien sobre el destino que tiene el soporte económico que el gobierno está inyectando al sistema, ya que existe temor de que el dinero sea utilizado por los políticos para robustecer sus plataformas electorales, en vista a que en setiembre próximo se realizarán las elecciones nacionales.
Mientras, el sistema financiero se mantiene restrictivo y las industrias que operan a corto plazo han reducido sus inversiones hasta en un 90 por ciento.
Los alemanes aseguran que nunca se hubieran imaginado que el modelo capitalista exitoso que mantuvo los Estados Unidos en las últimas décadas hubiera caído a estas dimensiones y sostienen que la reflexión inmediata que este fenómeno deja es que “el dinero no crece en los árboles” y, por lo tanto, se tendría que establecer mayor cuidado en su uso y disposición.

Campo de concentración de Buchenwald


El crujir de las piedras que se oyen tras los pasos recuerda nítidamente el dolor de miles de personas que estuvieron recluidas en este sitio.

El campo de concentración Nazi de Buchenwald fue uno de los más grandes que tuvo el tercer Reich alemán. Aquí fueron recluidas 250 mil personas, entre judíos, homosexuales, opositores políticos, los denominados antisociales y extranjeros, de los cuales murieron 56 mil.
La orden de construcción de esta base fue dada en el año 1936, luego de la reunión de los líderes del Partido Nacional Socialista, quienes coincidieron en la idea de crear esta suerte de purgatorio terrenal, en cercanías de la ciudad de Weimar, al sureste de Berlín, ya que su ubicación geográfica la indicaba como una de la más centrales del país, y por lo tanto, la mejor posicionada para el trafico de todo tipo de productos y armamentos.
Este lugar no era concebido como un campo de exterminio, como lo fueron otros campos de concentración. Se trataba más bien de un centro de producción, en donde la gente estaba predestinada a trabajar hasta la muerte. El trabajo forzoso y la mala calidad de vida fueron los verdugos de miles de personas, principalmente hombres.
El nazismo utilizó esta base para la fabricación de centenares de armas, desde un depósito ubicado al costado izquierdo de la estación ferroviaria, esta última construida también por los presos en un tiempo record de tres meses.
Cuentan que para el trabajo, los hombres utilizaban unos zapatos de madera que al ir gastándose desprendían sus astillas, incrustándoseles en los pies. Esto provocaba heridas que al infectarse derivaban en cuadros febriles u otros síntomas de enfermedad, lo cual conducía al paciente directamente a la muerte, ya que la orden nazi imponía austeridad absoluta en el manejo de los recursos, lo que indicaba que no había dinero para curar a los enfermos.
La inmensa estructura que cuenta con 18 edificios dedicados al entrenamiento de la fuerza militar del nazismo, más conocida por sus siglas SS, fue construida completamente por los presos. Aunque a simple vista se presume que significó un desembolso millonario, los responsables del lugar, que hoy día funciona como un memorial, indican que a la dictadura Nazi le representó un ahorro importante la explotación laboral de los internos y el uso de una cantera muy próxima al sitio.
En Buchenwald el día arrancaba para los presos a las 3 de la mañana. Al sonar las sirenas se concentraban en el patio principal y debían aguardar parados al menos tres horas, hasta que los oficiales contaran uno por uno para determinar que no faltara nadie. Los intentos de fuga eran fatales tanto para quienes lo procuraban como para aquellos que nada sabían al respecto.
En el invierno de 1938, a dos días de la navidad, dos internos procuraron fugarse. La SS tras realizar su conteo rutinario advirtió la ausencia, lo cual los indujo a volver a realizar el control. Otras tres horas después, con la ratificación del faltante se activó la alarma. Los internos fueron obligados a permanecer en sus filas durante 19 horas. Aquella jornada había concluido con 95 muertos por desvanecimiento, más los dos que pretendían escapar.
Ingresando al patio la piel se eriza por lo terrible que era este lugar. Los internos eran obligados a producir armas y realizar todo tipo de labranzas con escasas calorías corporales. Por la mañana, los judíos sólo recibían una porción de café con un trozo de pan no mayor a los 150 gramos, la ración era más onerosa para los presos políticos alemanes quienes podían recibir hasta 250 gramos de pan. Al mediodía se les servía una comida ligera y quien llegaba con apetito a la noche se encontraba con otro pequeño trozo de pan y una minúscula taza de café. Cuentan que el tiempo promedio de vida de una persona era de aproximadamente 3 meses, en especial para los judíos y homosexuales quienes tenían como responsabilidad polvorizar en el crematorio el cuerpo de sus compañeros muertos.
En este campo de concentración los nazis manejaron al pie de la letra el manual de instrucciones sobre tortura física y sicológica. En el portón de ingreso está inscripto en alemán la frase “cada quien en su lugar”, que al estar sólo accesible a la vista de los presos, connotaba que ellos se merecían el trato denigrante. Lo mismo ocurría con el parque zoológico ubicado justo al lado de las celdas, a no más de 100 metros, donde los agentes de la SS iban con sus familias a un día de esparcimiento, bajo la atenta y envidiosa mirada de quienes sólo acariciaban las varillas.
Los inadaptados tenían un espacio reservado. Uno de los brazos de acceso del portal de Buchenwald era el Bunker. Se trata de los calabozos, donde los internos que no cumplían con las instrucciones internas como no rendir ningún culto religioso o meterse las manos en los bolsillos, eran recluidos por semanas. Los oficiales los sometían a verdaderos suplicios. Una de las formas más ligeras de tortura era el suministro de agua salada para que tuvieran más sed. También los obligaban a permanecer parados por horas y quienes buscaban reposo eran sometidos a un castigo consistente en 25 golpes de puño a la altura de los riñones.
En principio el calabozo estaba diseñado para una sola persona, pero los registros dan cuenta que cuando la población temporal se disparó de un promedio de 8 mil a 48 mil, hubo ocasiones en las que cada calabozo estaba ocupado por 16 presos.
También en este campo, en cercanías del crematorio, los agentes de la SS se encargaron de matar a 8 mil soviéticos que cayeron como prisioneros de guerra. Con el argumento que serían sometidos a un chequeo físico, los oficiales los conducían por un pasillo hasta el médico militar. Una vez allí, el profesional les observaba la boca, sólo para fijarse si traían dientes de oro para extirparlos, y luego les tomaba la estatura. Lo significativo del caso es que el medidor tenía un milimétrico orificio vertical con el grosor suficiente para que el oficial de la SS, ubicado detrás de la pared, tenga el ángulo perfecto para darle un disparo en la nuca.
El campo de concentración de Buchenwald, fue liberado por los norteamericanos en abril de 1945. En tal ocasión, se encontraban en el lugar 21 mil presos, entre ellos 900 niños y adolescentes. Tras la liberación, el gobierno norteamericano cedió el sitio a los soviéticos quienes los convirtieron en una sede de desnazificación durante el establecimiento de la República Democrática Alemana.
Hoy en Buchenwald sólo queda el recuerdo del horror, con un memorial dedicado a todos aquellos que fueron sometidos a crueles infortunios. Mientras, la memoria colectiva aún se encuentra sesgada, ya que los responsables del memorial comentaron que recientemente, unos hombres mayores llegaron al sitio, ingresaron al zoológico y al contemplarlo empezaron a recordar anécdotas. Al consultárseles cómo conocían tantos detalles, se declararon ex agentes de la SS, e inmediatamente, sin remordimiento alguno, dijeron que sólo se acercaron a ver como había quedado su “hermoso Buchenwald”. No obstante, agregaron que pasaron tiempos lindos en el lugar, al punto que volverían a someterse al mismo régimen, si el gobierno los llamaba a “defender la patria”.

jueves, 16 de abril de 2009

¿Lugo puede volver a enamorarnos?


Varios sicólogos coinciden en que la etapa eufórica del enamoramiento tiene un periodo de vida de 2 años.


Bajo este criterio, el presidente de la república, Fernando Lugo, tiene suficiente tiempo para reconquistar a la gente que pudo sentirse defraudada por su inconducta al ocultar su paternidad y por las escasas señales de cambio que hasta ahora su gobierno ha dado.
Otros elementos que propician la reconquista del mandatario son factores de carácter socio-cultural. El machismo paraguayo es uno de los más arraigados en el mundo y lo simpático de este estigma social es que son las mujeres las que lo mantienen vigente.
La incapacidad de retención o fallas en la memoria a mediano y largo plazo sería el otro elemento preponderante. Nuestra sociedad es de fácil perdón, peculiaridad espiritualmente conmovedora, pero muy poco práctica políticamente, en el caso de no ser retribuida con equivalencia por los sujetos perdonados.
Algunos expertos en marketing político reconocen que la confesión del mandatario socavó su principal plataforma electoral, como lo fue su manto de pureza y credibilidad. En cambio, estiman que por las características de nuestro pueblo, el impacto podría ser menor de lo esperado por los sectores políticos de oposición y por los mismos medios de prensa.
Lugo hoy ya no sólo nos vende una imagen de transparencia sino que, a mi criterio, sus asesores están utilizando como recurso una figura tan iconoclasta como su misma asunción al poder tras dejar los hábitos. El Lugo post “cônfessiô” ahora nos muestra una imagen de arrepentimiento desde el ejercicio del poder, la misma que utilizan los hombres cuando intentan reconquistar a la mujer que decepcionaron.
Esta estrategia puede resultar apropiada en una sociedad deprimida y subvalorada en el pasado, ya que la ultra sensibilidad haría que las barreras de la frustración decaigan fácilmente contra la seductora galantería de renovar promesas.
A esto se debe agregar otro aspecto arraigado en la sociedad paraguaya: “La negación de su libertad”. Esto se explica fácilmente con la añoranza de muchos sectores sociales hacia figuras autoritarias como Stroessner y se consolida con la asunción al poder de una figura mesiánica, como el actual presidente Lugo.
El paraguayo todavía no se concibe como sujeto activo de cambio y como coadyuvante del desarrollo de la democracia, por tanto sigue apostando al cambio sin participar de él y entregándoselo al azar o a aquel que “emocionalmente” resulte como mejor postor.
Todos estos elemento juegan a favor de que el incidente de Lugo quede anotado en el anecdotario de nuestra incipiente conciencia cívica.
Así que, doy por cierto que el presidente está a tiempo de volver a enamorarnos.

lunes, 13 de abril de 2009

Huérfanos del cambio



A más de uno habrá sorprendido la confesión del presidente de la república del Paraguay, Fernando Lugo, sobre su paternidad “irresponsable”, que la tuvo bien oculta durante casi dos años y que atravesó la cruenta campaña electoral que concluyó con su elección y posterior asunción al poder, dejando atrás al menos seis décadas de hegemonía colorada.


Lugo era el abanderado de la esperanza hacia el cambio. Su perfil, muy bien diseñado por el marketing político, embaucó a la mayoría de los electores con un cariz sobrio, austero, confiable y “fiel”.
De hecho, no resulta para nada novedoso que un prelado este envuelto en un escándalo de tinte sexual; en muchos otros casos, las víctimas suelen ser niños, y, peor aún, las estadísticas indican que suelen ser del mismo sexo. Pero más allá de querer atribuirle con al menos un atisbo de “normalidad” al hecho, no deberíamos dejar de sorprendernos con este tipo de sucesos y, mucho menos, justificarlos.
Habrá quien a partir de ahora ponga a consideración la innecesaria condición de celibato en el oficio sacerdotal y, probablemente, encuentren argumentos hasta interpretando pasajes bíblicos. Eso sería una verdadera pena.
El cuestionamiento no pasa por el hecho de que el mandatario haya quebrantado un imperativo de carácter religioso, que por cierto, sólo lo justifica un sector del catolicismo, ya que el otro considera apropiado que el sacerdote tenga una “ayuda idónea” al conformar una familia del lado de su mujer.
La cuestión radica precisamente en el elemento que hoy desvanece por su descuido. La responsabilidad, que trae aparejados al compromiso, la integridad y la verdad.
El presidente Lugo lesionó estos aspectos trascendentales que le sirvieron de plataforma para ganarse a un electorado cansado de las mentiras y angustiado por el desamparo.
Asimismo, es cierto que el reconocimiento público de su irresponsabilidad lo convierte en un ser valiente, pero no le quita lo insensato.
Lugo se había abocado a un compromiso con su congregación, le había conferido a Dios sus deseos carnales y decidió desapegarse de todo lo que para su convicción no sería de utilidad a sus propósitos. Podemos no estar de acuerdo con estos criterios, pero él los aceptó.
Y lo que es peor, esta inconducta puede llegar a compelerlo a someterse a la justicia bajo figuras jurídicas como el estupro o la misma coacción sexual, en su calidad de depositario de la fe.
Con todo esto, hoy el presidente de la república nos obliga a reconsiderar estos aspectos de suma vitalidad para la correcta evolución de nuestra condición de país demócrata y nos confronta a reconocer que seguimos siendo una sociedad hipócrita, aferrada a escudriñar sobre la paja que el prójimo lleva en el ojo, mientras socavamos la realidad con falsas expectativas.
No quisiera que el gobierno paraguayo democráticamente constituido el 15 de agosto de 2008, tenga que decaer por asuntos de carácter pasional.
Con o sin Lugo, el pueblo paraguayo debe salirse de su adolescente transición democrática y madurar en su convicción de república, para que su prosperidad no esté sujeta a tropiezos generacionales.
De no ser así, seguiremos huérfanos del cambio.

jueves, 26 de marzo de 2009

Paranoia gubernativa



Parece ser que el recurso más válido adoptado por los referentes del gobierno para cubrir sus desaciertos es apelar a mecanismos evasivos o simples delirios de persecución.

Mientras el país se debate en reacciones populares (de sectores que creíamos serían aliados de este gobierno: marchas campesinas, rebeldías de grupos autodenominados “ Sin techos” o riña por cargos en pleno internismo del PLRA) el primer anillo del presidente paraguayo, Fernando Lugo, sigue arrojando acusaciones sin datos consistentes, sobre la presencia tácita de un plan conspirativo.
Esta vez las pretensiones ya no son atribuidas al ex partido de gobierno, la ANR, sino a sectores de escasa representación parlamentaria como el partido Patria Querida o al siempre bien ponderado UNACE, liderado por el ex general golpista, Lino César Oviedo.
Con este último habría que tener cuidado, pero la puja por el poder no le permitiría tomar demasiada ventaja.
No dudo que haya intenciones de querer derrocarlo a Lugo, más aún cuando luego de 63 años de autocracia colorada, se abre el abanico de oportunidades nada menos que a los sectores políticos de minúscula filiación de adeptos.
Hoy, palabras como las del ministro de Emergencia Nacional, Camilo Soares, quien acusa una alianza fáctica para tumbar a Lugo, denotan no sólo la falta de una visión seria de cómo conducir un país en tiempos de crisis, donde quien tiene el bastón de mando debe tomar la iniciativa de acercamiento y consenso, sino que pone en evidencia una alarmante paranoia en la principal estructura de poder.
Las autoridades deberían recordar la moraleja de la fábula del pastorcito mentiroso y antes de levantar polvaredas, ocuparse de robustecer sus “alianzas”, no vaya a ser que sus pocos amigos empiecen a darle la espalda, al darse cuenta de que el negocio de la sublevación sigue vigente como una opción de poder en el Paraguay.

domingo, 22 de marzo de 2009

Responsabilidad en tiempos de crisis

En tiempos de crisis es cuando verdaderamente reluce nuestro sentido de compromiso. Hablo de todo aquello que decidimos hacer en tiempos de “auge” y que lo desvalorizamos cuando la situación es adversa. Esto ocurre en economía y en relaciones humanas.
Angustia, tensión, desesperación son palabras que comandan nuestros sentidos cuando vienen arreadas por su madre: la crisis.
Por tanto, podemos decir que en mayor proporción la crisis deviene en infortunio si esta disociada de responsabilidad.
Esta última palabra, en una de sus acepciones registradas en el diccionario de la Real Academia Española significa: “Capacidad existente en todo sujeto… para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente”. Esto nos induce a pensar, indefectiblemente, en que debemos aprender a captar nuestros compromisos, al tiempo de reconocer que la crisis es el factor de ajuste que debemos aprovechar como oportunidad para reconstruir nuestra realidad.
Parece tan fácil, pero la angustia le resultó difícil al mismo Jesucristo. El capítulo 26 del libro de San Mateo nos habla de dos situaciones contrapuestas a cerca del verdadero significado del término “responsabilidad”.
En este caso lo escogí a Pedro, uno de los discípulos de Jesús, para servirnos de mal ejemplo. Pedro representa nuestra típica reacción ante la turbulencia. Por su parte, Jesús una vez más nos demuestra el valor intrínseco de hacer lo justo pese a nuestras emociones.
Este pasaje nos habla del momento en el que Jesús empezó a percibir que en 2 días sería muerto en la cruz, entregado por los suyos. Por supuesto, como le ocurriría a cualquiera, la angustia era el condimento de sus días, Jesús confesaba que su “alma estaba muy triste”.
Pedro, quien era uno de los más allegados al mesías, impartiría en el monte de los Olivos, la frase que nos permite hoy reflexionar sobre la responsabilidad y el compromiso en tiempos de crisis; Jesús dijo a sus discípulos que se apartarían de él cuando le llegara el momento. En cambio Pedro, sin titubeos, le replicó diciendo que nunca lo negaría. Ustedes ya saben cómo continúa lo de este apóstol y cómo negó a Jesús en tres ocasiones cuando su bienestar corría peligro. En cambio, Jesús, que tenía la pesada carga de morir por nuestros pecados, traicionado por sus más cercanos, se entregó en oración, apartó de si sus emociones y reconociendo el mandato de su padre le dijo “hágase tu voluntad”.
En este claro ejemplo podemos entender el comportamiento de Jesús como una lección de vida y prosperidad, a él le valió la vida eterna, y a Pedro, el arrepentimiento por amor lo convirtió en siervo de Dios.
En ambos casos la moraleja es simple. La responsabilidad es el motor de empuje para salir del barranco, el compromiso es la inercia que permite el movimiento del ente responsable y el amor es el reparador de las heridas, tras la toma de decisiones erradas.
La crisis ha existido en todos los momentos de la historia, y su efecto cíclico no lo cambiará ningún presidente o profeta, sólo depende de nosotros entender que la responsabilidad es el cimiento que nos permitirá construir oportunidades en plena turbulencia.
Hoy la crisis, sea económica o emocional, está presente con su mayor esplendor, pero sólo nosotros conocemos su punto débil y está ubicado justo en el lugar en donde tu fe ha instalado su fábrica de oportunidades.

domingo, 1 de marzo de 2009

¿Qué nos quiere decir, señor Presidente?

Creo que eso es lo que deberíamos preguntarle a Lugo, ante la tremenda rareza de sus decisiones. A cualquier mortal, por más insensato que fuera, le resultaría temerario el posicionar a un hombre políticamente impresentable y socialmente repudiado, al frente de una institución de poder y con facultades para maquinar hasta espionajes.
Sí, me refiero al controversial caso del coronel de aviación, Lorenzo Benítez Liseras. Esta novela, que roza la ciencia ficción, inicia con un extraño episodio que envuelve a su protagonista (Benítez Liseras) en un litigio con la justicia argentina en el año 2005, que deriva en una condena de 4 años de prisión por contrabando de cigarrillos, y concluye con un sorprendente giro argumental tras el quiebre de la lógica, para posicionarlo en el 2009 como nuevo jefe de inteligencia aérea de las FF.AA paraguayas.
Así presentada, esta historia vende y mucho. Pero cuando se trata de algo verídico, tiende a preocupar a quienes piensan en cambio, previsibilidad y lucha a la corrupción.
Existen varios aspectos extraños en esta tragicomedia. En primer lugar, nos preguntamos qué motivó al presidente a salirse del protocolo institucional de las FF.AA y de la propia investidura de mandatario, para ir a visitar en su domicilio a un hombre con estos antecedentes y, peor aún, alimentar las suspicacias de la prensa, por haberlo hecho de manera clandestina.
Podemos pensar que lo hizo para jugar de actor y asumir facultades de agente fiscal o bien que sigue apegado a su perfil sacerdotal y llevó a cuestas el confesionario.
No me atrevo a pensar que el presidente de la república sea tan TORPE – o su decena de asesores - como para no darse cuenta de que estas decisiones traerían cola.
Al ser consultado sobre el asunto, el presidente dijo a los medios que fue a interiorizarse sobre el caso del polémico “aviador” e inmediatamente agregó que si los periodistas estaban tan interesados en conocer la historia, deberían hacer lo mismo y visitar al coronel en su domicilio. Esta respuesta también me resulta extraña. ¿Acaso el presidente no piensa lo que dice?
Para quienes no conocen los antecedentes del caso les cuento brevemente. El coronel Benítez Liseras cayó en la localidad de Corrientes, Argentina, en julio del año 2005, con un cargamento de 1.649 cajas de cigarrillo de contrabando. Según la hoja de vuelo expedida por funcionarios de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac) el viaje tenía como destino la ciudad de Paraguarí, Paraguay. En su defensa, el experimentado piloto dijo que un fuerte temporal lo llevó a aterrizar de emergencia en suelo argentino. ¿Será verdad o no?, eso es algo que debemos investigar de algún modo. Lo cierto es que la justicia argentina lo condenó a 4 años de prisión – la pena fenece el próximo 3 de julio - y una corte militar paraguaya lo declaró inocente.
Más allá de todo esto, me sorprende la decisión del mandatario. Me resisto a creer que se trate de una decisión ingenua o el resultado de un desliz conductual característico de algún episodio de sicosis o esquizofrenia.
Creo que la postura presidencial nos está queriendo de decir algo, pero considero que en honor a la seriedad que supone el manejo de una república fundada sobre los cimientos de la democracia, deberíamos dejar de jugar a los acertijos y manejar con transparencia las decisiones de Estado.
Hoy el presidente nos toma el pelo, espero que mañana no sea otra cosa.

jueves, 26 de febrero de 2009

Las ironías del salario mínimo

Según informaciones provenientes de las centrales obreras, en marzo próximo el poder ejecutivo paraguayo decretará el incremento del salario mínimo en un 10 por ciento. Afortunadamente, tuve la oportunidad laboral – al cual respondí con el mayor esfuerzo – de acceder a un puesto que me permite ganar por encima del salario mínimo. En términos conceptuales, podría entenderse que esto me permite llevar una vida cómoda superior al promedio, siempre y cuando ajuste mis niveles de ingreso a mi voracidad de consumo. Es decir, mi calidad de vida posee como factor de ajuste; las prioridades que establezco es mis gastos. Ahora bien, será que un salario no superior a los un millón quinientos mil guaraníes (algo así como 300 dólares) es suficiente. Por supuesto que no. Pero también se puede sentenciar que ninguna cifra resultará suficiente si no somos sesudos en nuestras erogaciones. Entretanto, se deben considerar otros factores para el establecimiento del salario mínimo y su consecuente ponderación para el reajuste. Por ejemplo, el reajuste del salario mínimo se establece como paliativo a la depreciación de la capacidad de consumo y, sorprendentemente, su efecto a corto plazo es inflacionario, lo cual nos dice que inmediatamente pierde su sentido de paridad con el costo de vida que tanto se reclama. Por otra parte, este reajuste representa la pérdida del valor de compra de quienes ganan más, ya que no está previsto en los cálculos de ningún empresario ajustar el pago de todos sus empleados de manera proporcional a quienes perciben el básico de subsistencia. De ser así, el estrepitoso aumento de costos forzaría una ola de despidos masivos y el engrosamiento de los niveles de desempleo en un país que necesita hacerle frente al déficit que posee precisamente en el campo laboral. Considero válido el incremento del salario mínimo, si superficialmente se tiene en cuenta la pérdida del poder adquisitivo de la población. Pero, si se analiza en profundidad, un sistema económico coyuntural, solventado en medidas políticas con pretensiones meramente electoralistas, podría generar mayores pérdidas que ganancias, principalmente en tiempos de crisis. En estos tiempos donde las principales economías del mundo entraron en recesión y han incrementado a niveles históricos los niveles de cesación laboral, lo conveniente sería que antes de tomar decisiones antojadizas, se trabajara sobre cuestiones estructurales como el replanteamiento del pesado gasto público y apostar a la creación de oportunidades de inyección de capital para inversores (nacionales o extranjeros) y de esa forma reactivar las empresas deficitarias y, con ello, la economía nacional. Asimismo, me pliego a la postura de mi querido amigo, el Dr. Víctor Pavón, de suprimir las tipificaciones legales que establecen la rigurosidad en la fijación de un salario básico y se abra esta operación a la libre disposición de la oferta y la demanda, con lo cual podrían haber más jóvenes con empleo real e interesados en superarse para poder ganar más. Ya no es tiempo de sembrar pobreza en la esterilidad de la tierra de la falsa moral y los discursos sin contenido. Es momento de activar la previsibilidad y pensar a futuro.

martes, 3 de febrero de 2009

Los delirios de la boca

A mi parecer, la clase política esta subyugada a una especie de karma comunicacional, un abismo de palabras que les incita a decir todo lo que piensan, sin pensar en lo que dicen. Uno de los ejemplos más concretos es lo ocurrido con el presidente de la república, Fernando Lugo, recientemente en ciudad del este.
En una desatinada ocurrencia afirmó que estaría dispuesto a aceptar la reelección presidencial, en caso que el pueblo así lo requiera. Esta afirmación no sólo colisiona frontalmente con las miles de respuestas dadas en entrevistas al ser consultado sobre el tema, sino que tratar el asunto en la entrepuerta de una aguda crisis económica que se avecina en zancos y que amenaza con desempleo y decrecimiento global, resulta absolutamente extemporáneo.
El mínimo efecto de ello, podría ser el deterioro de una credibilidad que esta sometida a prueba y el retroceso de un liderazgo incipiente, al cual le urge posicionarse. Las apreciaciones del mandatario no sólo reflejan el pésimo orden de valores que otorgan los políticos a temas de verdadera urgencia; también expone la fuerza obnubilante del poder, que somete a su presa a un cretinismo obsecuente.
Pero la culpa de la instalación forzada de estos temas no sólo debe atribuirse a la clase política, sino a un modelo de prensa aterrador que sigue vigente, y que no es otro más que el de pescar en río revuelto, forzando los delirios de la boca y cambiando el sentido a los temas de relevancia que deben ser debatidos y entregados a la opinión pública para que esta pueda generarse un sano juicio.
Lo dramático del caso es que este tipo de informaciones se levantan como cortina de humo y se agotan en los medios de comunicación hasta el hartazgo, mientras quedan relegados asuntos de verdadera importancia. Los paraguayos debemos hacernos una seria introspección y con el mayor sinceramiento posible extraer la escala de valores que le otorgamos a las cosas.
De lo contrario, seguiremos debatiendo sobre reelecciones a destiempo y mecanismos para posicionar a abogados de bajo rendimiento académico, de escasa ética y de difusa moral como ministros de la Corte Suprema de Justicia. Ya sabemos que la palabra destruye, pero parece que se nos ha olvidado que también sirve para construir.

martes, 20 de enero de 2009

Derroche del tiempo

Si nos ponemos a pensar que nuestra vida corporal y terrenal es pasajera, entenderíamos la verdadera importancia de vivir cada segundo como una eternidad.
Jamás pensé en ello. Siempre estuve afanado en la idea de gozar de la manera menos comprometida posible, especialmente, en relaciones sentimentales.
Pero este principio no sólo se aplica a relaciones de pareja. ¿Cuántas veces nos preguntamos, si tan siquiera estábamos trazando las líneas de un porvenir de prosperidad que podamos heredar a nuestros descendientes? En realidad creo que todos lo pensamos algunas vez, pero pocos iniciaron el camino para que pudiera convertirse en una realidad.
Comúnmente, caemos en el error de sobredimensionar pequeños tropiezos, de llevar al extremo situaciones que en realidad son de fácil solución. Relaciono esta conducta a una necesidad innata de hacernos difícil la vida, simplemente por no tener la convicción de que nuestra estadía en ella es corta.
Soy victima de este mismo síndrome de “autoflagelación compulsiva”, o la capacidad de convertir las cosas simples en peores. Puedo especular diciendo que necesitamos estar en situaciones de crisis para que concluya en sensaciones de felicidad, es decir, tratamos de experimentar el fracaso para convencernos de que no somos tan desgraciados como creíamos, al recomponernos; y allí mismo, encuentro el desatino como común denominador de nuestra conducta.
¿Que pasaría si pensáramos que nuestra felicidad se esconde detrás de nosotros y que sólo bastaría con dar la vuelta a nuestras convicciones y hábitos conductuales para entender que hay perspectivas que debemos rediseñar, para no tropezarnos con piedras imaginarias? Fundamento la pregunta asegurando que en mayor proporción cometemos el error de engrosar los problemas antes que focalizarnos en las soluciones. Me animo a decir que en un 85 por ciento de los casos, los problemas no son más que simples inconvenientes o divergencias que pueden ser dirimidas con madurez y humildad. Lo digo por experiencia.
Ahora empiezo a tomar conciencia de que mi estadía en este mundo tiene un tiempo incierto, que puede ser corto o medianamente prolongado – pero corto al fin – por lo que debería pensar la mejor manera de estar presente, sin acogotarme el ánimo con situaciones fútiles y supuestas decepciones sin sentido.
Para ello, sólo basta con mudar el foco de la mirada para superar desafíos y proveer de glorias al mañana. Ese es mi desafío y espero que también sea el tuyo.

lunes, 19 de enero de 2009

Mi termo decidió quedarse

Muchos de ustedes pondrán en duda esta historia, pero les aseguro que es verdad.
Ocurrió en varias ocasiones, que ya lo daba por perdido y mi termo de tereré me dio una gran sorpresa. Uno de los más fuertes extravíos que recuerdo ocurrió recientemente. Salí del canal alrededor de las 13.30 horas. Como de costumbre me predispuse a esperar que un equipo de exteriores surque el estacionamiento y se dirija a una cobertura periodística de último momento para tomarme un aventón y acercarme a destino. Según lo recuerdo, abandoné la oficina con la trilogía de siempre: maletín, walkman y el termo de tereré. Aborde el móvil en compañía de mis compañeros y comenzamos la travesía. Nos desplazábamos sin prisa y mientras compartíamos anécdotas tomábamos el tradicional tereré, por supuesto, de mi termo. Cómo no hacerlo, si todavía conservaba el agridulce sabor del remedio yuyo, ancestral brebaje para suprimir malos espíritus a consecuencia de una mala digestión o en el caso de algunos, de la ingesta excesiva de alcohol. Una vez que llegué a destino, me percaté de que no traía conmigo la llave de la casa y como complemento la encargada se había retirado con la llave que le correspondía. Inmediatamente, tomé mi teléfono celular y llamé a mi señora para corroborar que la llave estaba con ella y no perdida en algún rincón oculto de mi patológico descuido. Afortunadamente ella asintió. Sin darme cuenta, mientras conversaba con ella me dirigía lentamente a la casa de mi hermana, distante a 50 metros de la mía. Una vez allí, no me quedó otra más que resignarme a esperar con mi ropa de oficina por lo menos 6 horas hasta que mi señora llegue a casa. Entre palabras de protocolo y preludios de conversación con mi hermana, coincidimos en tomar tereré. Inmediatamente, incliné el cuerpo para tomar mi termo y vaya sorpresa, no estaba a mi lado. En ese preciso instante mi cerebro activó la alarma de extravío y recreó en mí la imagen del último momento compartido con mi termo. Cuando tomé el celular para llamar a mi señora había bajado el termo sobre el medidor de agua de Essap, empresa proveedora de agua potable, que tiene un relieve que se sobrepone a la pared, fácilmente utilizable como banco para reposar. Salí a la calle para divisar si permanecía en el mismo sitio y, como era de esperarse en un país con un elevado índice de corrupción y desempleo, ya no estaba. Era una de las tantas veces que se me había perdido, pero sólo esta vez lo reconocí,siempre se albergaba en mi la esperanza del retorno. Era un termo de promoción, que llevaba el nombre de una empresa procesadora de yerba mate, de cuero cocido y de color verde; había sido mi compañero durante años y había refrescado mis días con absoluta fidelidad, de la tapa no caía una sola gota de fuga y conservaba la frescura durante horas. Lo había perdido y a consecuencia de esto me propuse no tener otro termo bajo mi tutela. Intenté recordar otros momentos con el termo, en el afán de ubicar en mi inconsciente algún dato que me revelase que lo había dejado en otro lugar y que sólo se trataba de un error de memoria. Intento fallido; mis recuerdos me confirmaban la partida de un amigo. Regresé hasta mi hermana y le comenté el suceso con una expresión que denotaba lo mucho que “el termo” se había aferrado a mí, pero que mi descuido superó a sus artilugios de convivencia: “y regalé nomás mi termo, dejé en la calle y alguien se lo llevó”, dije demostrando lo mucho que me pesaba la pérdida. Extrañamente sobrevivía en mí la posibilidad de que algún conocido o mis propios compañeros de trabajo hayan sido quienes lo tomaron, advirtiendo mi descuido. Esto me dejó un poco más tranquilo, pero la sensación sólo duró unos segundos. Los llamé y me dijeron que no lo habían guardado. El asunto era sólo cuestión de resignarse. Al día siguiente me preparé para ir a la oficina y, por supuesto, me faltaba el termo para completar mi equipo de trabajo. Rendido a la realidad tomé impulso y fui a trabajar como si nada hubiera pasado. Al llegar a la oficina veo a mis compañeros iniciando la maratónica jornada, como es costumbre en prensa, y a un lado del escritorio del jefe, en uno de los muebles, me aguardaba reluciente, espléndido como la última vez que lo vi, mi amigo, mi compañero de tragos, el sofocador de estómagos rebeldes y el más destacado aplacador de indigestiones. Estaba allí como si nadie lo hubiera visto ni tocado. Él era el mismo de siempre y yo un amigo que había renovado el compromiso de cuidarlo. Una vez consumado el reencuentro le prometí que nunca más lo abandonaría, pero hasta ahora no me explico cómo llegó hasta allí cuando lo había dado por perdido. Lo insólito es que esta no fue la última vez que nos separamos, ni la última en reencontrarnos. Seguimos juntos, y creo que mucho de ello se debe a que mi termo decidió quedarse.

jueves, 15 de enero de 2009

¿Cuestión de Estado?

En las últimas semanas hemos escuchado decir a los políticos, en todos los medios de comunicación, que la renovación de la Corte Suprema de Justicia es una “cuestión de Estado”. Y no se equivocan. Ahora bien, tal como está planteada, la misma refleja la carencia de una esquematización seria de las prioridades del país.
La tragicomedia de “renovaciones” en los espacios de poder no pasa por una conmutación de personas, diferenciadas por su afiliación política. El cambio real proviene de la madurez de los gobernantes de entender las necesidades del pueblo que los eligió y de hacer preservar desde esa perspectiva la institucionalidad de los poderes del estado.
La justicia paraguaya se ha convertido en una herramienta del poder fáctico de turno, en la caja de pandora de quienes tienen deudas con la justicia, pero cuentan con la bendición de pertenecer a la clase política empotrada en algún espacio de relevancia cromática, ajustada al matiz de quien defina la ejecución de las “prioridades de gobierno”.
Hasta el momento, el más severo reproche que se le hizo a la mayoría de los componentes de la Corte es el haberte regalado al ex Presidente de la República, Nicanor Duarte Frutos, la posibilidad de quebrantar por algunos segundos la Constitución Nacional y asumir la Presidencia del Partido Colorado, en una superposición de poderes públicos, expresamente impedida por la carta magna.
No digo que se trate de una infracción menor; pero considero que hechos como estos son de carácter nulo ab initio, desde su concepción; por lo que entiendo que el debate de la conformación de un sistema judicial debe basarse, lejos del revanchismo político, en la necesidad de permitir el acceso real de la ciudadanía a la justicia, en el establecimiento de un Poder Judicial independiente y sujeto a los mandatos de la ley, no así al poder político partidario, que siempre traduce las urgencias del pueblo conforme a apremios particulares y sectarios.
En las cárceles hay miles de ciudadanos sin condena, que duermen escoltados por el temor y subyugados a un mañana sin sentido; ya que al no tener plazo de estadía, la cárcel se ha convertido en su hábitat natural, mientras que entre los “decisores” de una justicia renovada, figuran “ilustres ciudadanos” que tienen verdaderas deudas judiciales, pero que escudándose en su estatus, han logrado reducir sus delitos a meras persecuciones de carácter político o mediático.
Asimismo, en las calles circulan con absoluta permisividad criminales de diversa calaña, beneficiados por la venalidad de los jueces o la cómplice lentitud de los procesos judiciales.
Pensemos en una justicia que se ciña a los mandatos de la ley y no en una que endulce el paladar de quienes gozan de las “bondades del poder” y se nutren de ella para ejecutar sus fechorías.

miércoles, 14 de enero de 2009

Un poco de Jesús

Sigo de cerca el comportamiento del mercado a la espera de un comercio que pueda proveerme artículos de suma utilidad para estos tiempos, ya que, probablemente, no serán afectados por la caída del hábito de consumo a nivel mundial. ¿Por qué no existen promociones especiales de paciencia, amabilidad, humildad y decoro? Rápidamente la respuesta me resuena al oído hasta hacerme sentir verdaderamente ignorante. ¿Cómo se colocarían productos que no están a la moda, aquellos que por obra y gracia del libre mercado no pueden ser sujetos de intercambio comercial?
La sociedad de hoy y siempre nos ha enseñado que somos en la medida de lo que tenemos o adquirimos, esta teoría se enseñorea en spots publicitarios, en carteleras de cine y hasta en relaciones emocionales.
Pero el “soy en la medida de lo que tengo” básicamente refleja el escaso valor que poseemos sobre nosotros mismos.
El reducir al hombre a un producto comercialmente congruente al valor de un objeto, nos habla de que renunciamos a lo más ostentoso de nosotros mismos, nuestro valor agregado; el entendimiento.
Cuando valoramos nuestra existencia únicamente de acuerdo a la acumulación de objetos, nos estamos igualando a ellos, es decir, de seres pensantes y gobernantes, pasamos a seres inanimados, tasados al mejor postor o al ánimo del mercado y, por lo tanto, subordinados.
El introducirnos al mercado como un objeto asequible de la vitrina mercantil nos ha suprimido este potencial distintivo. Hemos olvidado que somos capaces de pensar y que nuestro comportamiento no es el simple resultado de un acto reflejo que responde ante determinado estímulo; somos capaces de decidir.
Unos miles de años atrás, un hombre que se asomó a la tierra y se mimetizó entre nosotros renunciando a su “yo”, nos enseñó que la bondad del espíritu es un artículo que no se deprecia en el mercado, y no solamente por su poca oferta, sino porque es de fabricación ilimitada.
Lo mejor de todo es que este hombre nos regaló frases que hasta ahora no las comprendemos y que por ello los vicios del consumismo siguen siendo el origen de nuestros males.
Cómo no valorar palabras como “donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” Mt 10:21.
Jesús nos hablaba claramente de que si el objeto de nuestras obsesiones se limita a lo material, este será premio y condena de todos nuestros males. La paciencia, amabilidad, humildad y decoro, no son artículos que se nos ofertan en el mercado a destacadas gangas, pero si pueden ser los cimientos de nuestra felicidad futura.
De todo lo demás extraigo una premisa. Sólo adquiriendo un poco de Jesús en nuestro hábito sería suficiente para hacerle frente a una avalancha financiera global o a la retracción del hábito de consumo que vaticinan los expertos, porque este hombre que superó los límites de lo material – al menos para los que en él creemos - fue el mismo que nos dijo que no sólo del pan vivirá el hombre, y si querés agregale que el resto viene por añadidura.
La crisis financiera global es el resultado del mal hábito de consumo, de la insatisfacción propia de las personas que destinaron su vida al objeto y cuyo exceso generó lo que hoy consideramos “temor de compra” o la incapacidad de arriesgar lo poco que se tiene ante la posibilidad de que se acabe.
Por suerte te digo que los valores no tienen vida finita en el mercado y que hasta son autorrenovables.
Te invito a que no te limites a comprender estas palabras textualmente, sino que a partir de ellas te preguntes por qué tu hijo no te respeta o por qué te cuesta tanto esbozar una sonrisa, dejar fluir una caricia, perdonar o pedir perdón, o darle la mano a tu prójimo. ¿Será que no encontraste en el supermercado estos productos de los que te hablo?
Si es así, sencillamente te animo a que revises donde está tu tesoro.