jueves, 1 de abril de 2010

Ni juicio político ni cambio


¡Juicio político! Gritan desollados los exponentes de una oposición cargada de oportunismo e incertidumbre.

Las voces del cambio repiten impúdicamente las frases trilladas de la costumbre criolla.
Son las mismas que ven fantasmas en pensamientos disidentes y dibujan trazos paranoicos de insubordinación.
El pueblo callado no comprende lo que sucede.
Las letras masivas irrumpen con datos imprecisos y voluntades sesgadas.
Lo nuevo y lo viejo se han clonado; el nuevo engendro busca abrirse paso entre las promesas y los actos.
Los propios se han acomodado, los ajenos siguen pidiendo la ración del pan diario.
Nadie comprende la diferencia con el pasado, quizás los rostros nuevos, en algo han contribuido, pero sólo para agregar desamparo.
¡Traidores de la democracia! Resuena en las bocas de quienes protegen el momento histórico, el mismo que derribó el muro de poco más de 6 décadas, para cimentar una estructura ahuecada.
Aunque las críticas sugieren una mayoría avergonzada, el pueblo representado no logra ajustar la matemática.
Al parecer la enfermedad no es tan grave y todavía tiene cura, mientras que el sustantivo es quien no encuentra vacuna.
El 20 de abril es la fecha anecdótica. La respuesta del mañana seguirá atascada entre la voluntad y la deshonra.

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